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Pasó entonces al interior y midió cada poste de la puerta, y medían dos codos; la puerta medía seis codos, y la entrada medía siete codos de ancho. Luego midió el frente del edificio, y medía veinte codos de largo y veinte codos de ancho. Entonces me dijo:

«Éste es el lugar santísimo.»

Después midió la muralla del templo, y tenía seis codos de ancho, y las cámaras alrededor del templo medían cuatro codos de ancho.

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